¿No crees que son un quiero y no puedo?, están simétricas, pintaditas con un verde esmeralda impactante, pero, pobrecitas, ¿no?
Se las ve viejecitas, torciditas, como diciendo no podemos más, pero nuestro destino es la de estar aquí de pie, esperando que alguien se acuerde de nosotras, nos lije y repinte, para volver a mostrarnos en nuestro máximo esplendor, para cuando lleguen nuestros dueños y nos abran.