No hay nada especial frente a mí, solo la típica maleza que se encuentra bajo la penumbra de los árboles, pero casi sin querer, de repente, fijo mi mirada en un pequeño punto de color que llama poderosamente mi atención.
Me acerco hasta él y descubro una pequeña flor, que destaca sobre el resto, no solo por su color, sino porque se ha esforzado por crecer y destacar de entre el resto de vegetación.
Su audacia me obliga a contemplarla, ver la perfección de sus pétalos, las variaciones de tonalidad que encierra un solo color. Y reconocer en ese pequeño fragmento de tiempo la belleza que nos rodea y la tranquilidad que aporta a mi ser.
*Foto realizada con: Nikon Z6